casi pudo notar cómo la leche caliente llenaba su culo. llevaba muchas horas atado a ese potro que lo mantenía a cuatro patas con el culo abierto y expuesto. había renunciado a gritar o pedir auxilio porque era inútil. estaba sólo con su dolor. le dolían todos los músculos así como las muñecas y los tobillos por las correas. sudaba por todo el cuerpo y sólo pudo esperar hasta que el siguiente lo penetró sin compasión y lo follaba hasta correrse dentro suyo.
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