la vida de un esclavo, más la de un objeto, es una vida de rodillas, una vida arrodillado. es una postura que condensa todos los principios sobre los que se fundamenta su existencia. uno sólo se arrodilla ante la autoridad superior, ante quien está por encima. es una postura incómoda, no natural, al menos para nosotros los occidentales. sin embargo para un esclavo es algo necesario, fundamental. aprender a estar de rodillas es una lección primaria a aprender. 402 ha conocido a pretendidos sumisos para los que arrodillarse era un límite. por supuesto no eran ni sumisos, sino Amos encubiertos que no tenían el valor de asumir su naturaleza. un esclavo que se arrodilla si lo hace, y además es un paso previo, porque la postura adecuada a asumir es otra, consistente en tocar con la frente el suelo delante del Amo. en una actitud cercana a la adoración, el esclavo reconoce lo que es, lo que desea ser y donde debe estar. todo en uno, todo en el gesto y el acto de arrodillarse.
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