lo que distingue a un objeto de cualquier otro inferior es que no es nada, que no tiene derecho a nada. no tiene derecho a opinar, a hablar, a sentir placer, a ser tomado en consideración, no importa lo que piense, lo que quiera, lo que espere. no tiene derecho a poseer nada, a llamar nada como propio, no tiene intimidad, no tiene secretos, no tiene derechos políticos, no tiene derecho a tener amigos o conocidos. no tiene rostro, ni identidad. lo único que tiene que hacer es servir y obedecer. es cierto que llegar a ese grado de desarrollo es muy costoso y complicado. además los Amos pueden desear otras cosas de sus objetos, por ejemplo una buena conversación, o ser escuchados en un momento dado. esto, sin embargo, no invalida todo lo anterior. puede darse ese caso, pero también puede darse el de que el Amo, en un momento dado, no quiera saber nada de su objeto y lo almacene hasta nueva orden. lo único que debe garantizar es mantenerlo vivo para usarlo posteriormente. esta es la forma más radical de sumisión, no apta para todos pero posible para los que la busquen.
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