muchas veces ha escrito 402 que las botas le gustaban, pero no eran su fetiche principal. una de las pruebas del control del Dueño sobre su propiedad es que en estos momentos sí que lo son. a priori podría parecer que el hecho de usarlas permanentemente reducen la intensidad del fetiche. nada más lejos de la realidad. ahora 402 no puede dejar de mirar a un tío con botas y, cada vez que pasa por una zapatería, se sorprende buscando a ver si consigue ver alguna en algún escaparate. en canarias no son precisamente muy frecuentes de ver, así que cuando aparece una es todo un acontecimiento.
sin embargo hay unas botas que son especiales y que producen una sensación diferente en 402, las botas del Dueño. 402 entiende que son sus propiedades más preciadas y que 402 debe vivir bajo ellas, sirviéndolas, porque sirviéndolas sirve al Dueño. es inconcebible para 402 que el Dueño salga, por ejemplo, con unas botas que no estén lustrosas, que no hayan sido honradas con una buena lamida de botas. son una especie de sacramento y, ante ellas, llevadas por el Dueño, 402 lo único que debe hacer es arrodillarse y lamerlas, besarlas al menos, porque 402 vive bajo las botas del Dueño. ellas lo mantienen ahí y colaboran a que se siente feliz y realizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario