sábado, 21 de mayo de 2016

minirelato

estaba de espaldas, boca arriba sobre la cama y habían atado sus muñecas con los tobillos, obligándole a tener el culo abierto y expuesto. Él se acercó con la polla dura y la metió lentamente pero sin compasión. no pudo evitar gemir bajo la mordaza. entonces empezó a sacarla y meterla cada vez más rápido. en un momento dado cerró los ojos y una bofetada le obligó a abrirlos y mirar al Amo. con una cara indescifrable le dijo:
-¡Eres mio, no lo olvides!
acto seguido volvió a penetrarlo hasta el fondo.

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