podría parecer una persona "normal" y corriente, salvo por dos elementos que captarían la atención inmediata de cualquier fetichista: las muñequeras y las botas. es una muestra perfecta de cómo se pueden combinar aspecto "casuales", cotidianos, con un toque fetish de forma que quien tenga ojos para ver, pueda vislumbrar lo que hay detrás. es una forma de decir sin decir, de comunicarse sin hacerlo, de ponerse a tiro guardándose las espaldas. a la vez es la muestra de que tenemos nuestra propia cultura, nuestro propio código, nuestra propia forma de interactuar y entendernos. tenemos nuestra propia cultura.
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