sábado, 7 de mayo de 2016

día 2304 de esclavitud, 276 de castidad (II)

15:20 después de escribir la última anotación, sólo, en la mazmorra, 402 necesitaba aislarse, así que, siguiendo el permiso previo del Dueño, se puso un antifaz. justo al lado estaban los cascos que utiliza el Dueño cuando quiere privar de audición al objeto así que éste también se los puso. en una de las veces que el Dueño entró a controlar a 402 lo vio así y rápidamente le ató las botas y le puso los mitts en las manos. como previamente estaba amordazado, 402 quedó aislado del exterior e incapaz de hacer nada. en completa oscuridad y silencio estuvo un tiempo que no supo calcular: sólo, sin oír o ver nada. cuando el Dueño vino a quitarle los cascos a su objeto le dijo que llevaba cuatro horas sentado en privación sensorial: cuatro horas. a este objeto le pareció increíble, tanto tiempo inmóvil.
el Dueño también le dijo que cuando estuvo 402 en privación sensorial, se había corrido por quinta vez, mirándolo. sólo El puede tener orgasmos, porque sólo Él es un ser superior. 402 es inferior y por eso su sexo tiene que estar enjaulado, y cada vez más constreñido.
sacó el Dueño a 402 de la mazmorra y lo llevó a la cama, donde el Dueño permitió a su objeto lamer las botas sendra que llevaba, que precisamente fueron las que llevaba la noche en que Dueño y objeto se conocieron.
después de un rato lamiendo las botas, el Dueño dijo a 402 que lo excitara y que consiguiera que se corriese, que le daba permiso para intentar cualquier cosa. el objeto empezó con lo típico, una felación al Dueño pero sabía que no iba a ser suficiente, así que le cerró los ojos y fue a la mazmorra y sacó la fusta. se puso al lado de donde estaba el Dueño y le invitó a abrir los ojos. 402 se había quitado la camisa y empezó a decir frases de sumisión y entrega. detrás de la cada frase 402 se daba un fuerte azote con la fusta en la espalda. la cara del Dueño cambió un segundo hacia el deseo, la lujuria y la excitación. fue inmediato. empezó a masturbarse y 402 siguió con esa "ofrenda".
unos cuantos azotes más tarde pensó que no sería suficiente y volvió a suplicar al Dueño que cerrase los ojos. fue a la "mazmorra" y cogió el parachute que había comprado en sr. luego la enganchó una bota y se lo ajustó alrededor de los testículos. cuando salió y se lo mostró al Dueño su cara volvió a cambiar de nuevo. pero esta vez tomó la iniciativa. primero le ató las manos a la espalda y luego otra al cuello, que ató en el travesaño de la puerta del baño de su habitación. y soltó una orden.
-¡Balancéate!
y 402 empezó a moverse delante y atrás y la bota comenzó a balancearse. el dolor fue muy, muy intenso. el Dueño amordazó a 402 y le dijo:
-¡Ni un solo sonido!
y la bota seguía balanceándose, cada vez más fuertes y más alto, por lo que el dolor se hizo más intenso, mucho más intenso. dos sensaciones asaltaron a este objeto. la primera fue cuando, del dolor y ante la imposibilidad de emitir ningún sonido, 402 tuvo ganas de llorar. el Dueño se dio cuenta y le incitó a ello porque le excita. la segunda fue que empezaron unas ligeras sensaciones como si fuera a eyacular, algo sorprendente.
todo terminó cuando el Dueño, que estaba casi ardiendo, se volvió a correr, su sexta vez en menos de 48 horas. eso es lo que había ordenado el Dueño, que le hiciera correrse, y 402 cumplió la orden. entonces se paró y todas las sensaciones pararon salvo el dolor en los genitales.
rápidamente el Dueño desató a 402 de la puerta y las manos que tenía a la espalda. acto seguido le quitó el parachute. a primera vista podría parecer que fue liberador pero es el mismo efecto que cuando te quitan las pinzas. la sangre vuelve y la sensación de dolor aumenta durante unos segundos.
a continuación el Dueño dijo:
-¡Ven, siéntate a mi lado y coge la postura mejor para relajarte!
y 402 se tumbó en el suelo, poniéndose las botas del Dueño en la cara y el pecho. esa era la mejor postura para relajarse. estando así el Dueño dijo:
-A partir de ahora nos lo vamos a tomar con más calma o me va a dar un infarto, pero sólo tú consigues esto, 402.
y el objeto fue feliz, a pesar de lo dolorido que estaba su cuerpo y de lo caliente que se habría puesto, sabiendo que no podría desahogarse.


(continuará)

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