sábado, 13 de febrero de 2016

FdD malos habitos


ya hemos hablado mucho sobre la humillación como el alimento del esclavo, del sumiso, del perro y del objeto. la humillación libera del ego y encadena la voluntad, elimina lo superfluo y hace que te centres en lo importante, en lo básico, en la capital. la humillación elimina las apariencias. no hay posibilidad de esconderse mientras eres humillado, de hecho es esta ausencia de subterfugios lo que deja al sumiso desnudo. el ego utiliza los disfraces y aparece en forma de honor, orgullo, incluso a veces autoestima. muchos confunden el valor personal con la prepotencia. nada es más valioso para un Amo, para un buen Amo, que su esclavo, y sin embargo nada es más despreciable que un esclavo altanero y prepotente. esos dos vicios deberían ser eliminados de raiz de manera sistemática y sin contemplaciones. lamer las botas del Amo cada vez que entras en su presencia es una forma de hacerlo, una forma de conseguir siempre estar por debajo, en aquel lugar que te corresponde.

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