hay gente que vive esto desde la fantasía, desde la ilusión incluso, desde la distancia. como paso previo tiene todo el valor y todo el respeto. sin embargo debe llegar un momento en que la fantasía se convierta en realidad, al menos en que se intente convertir en realidad. puede que no ocurra nunca, y entonces tenemos el típico calientapollas que es capaz de quedar contigo a una hora y en un lugar concreto y, cuatro minutos antes de la hora, llamarte, si te llama, para decirte que le ha surgido algo y no puede ir.
hay un criterio para poder identificar y estar prevenido frente a estos sujetos, y es la cantidad de material que han ido acumulando o adquiriendo. no es concebible un fetichista de las botas sin botas, o de cuero sin cuero, o de latex sin latex. si así es hay una muy elevada probabilidad de que estemos ante un pajillero fantasioso. la razón es que, al igual que nombrar las cosas las hace reales, cuando compras tu primer par de botas, tu primer panta de cuero o tu primera prenda de latex, cruzas una línea que no tiene vuelta atrás. oficialmente eres un fetichista, con todo lo que eso significa. si nunca la has cruzado no sabes de lo que hablamos y, posiblemente, seas uno de esos que se quedan en la más absoluta fantasía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario