una idea muy recurrente en este blog es no dejarse llevar por las apariencias. las cosas no suelen ser lo que parecen...casi nunca. y la foto del día de hoy es otro ejemplo. podemos percibir un traje elegante, clásico, que recuerda al de un ejecutivo, pero tal vez más a un diplomático, tal vez un embajador. es una parte de un traje más amplio, de chaqueta y corbata, un traje caro que uno no se pone todos los días y que se usa para reuniones del más alto nivel en entorno conservadores ya que es un traje clásico. es un traje que sólo lo lleva la gente poderosa que toma importantes decisiones.
sin embargo debajo de ese traje hay una jaula de castidad, que además no sólo está cerrada con un candado, sino que está asegurada con un piercing, un príncipe alberto que impide que la jaula pueda salirse por error o por deliz. este tio puede tomar todas las deciones importantes que quiera, podrá mover millones, pero en su fuero interno sabe que no tiene poder sobre su propio cuerpo, que el placer ya no depende de él sino de quien tenga la llave de ese candado. en su interior es un hombre sin poder.... si puede seguir diciéndose que es un hombre.
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