todos los seguidores del blog saben que nunca el dolor ha sido un elemento central, al menos no tanto como las botas, el cuero o el bondage. sin embargo esto ha cambiado, y por una única razón: el Dueño se ha descubierto el dolor y encuentra placentero inflingírselo a su propiedad. así que a este objeto no le queda otra sino aceptar que sufrirá y ofrecer ese dolor a su Dueño. y no lo hace, como pudiera parecer, porque no le queda más remedio, sino porque realmente es una ofrenda a su Señor. cualquiera podría pensar que es una falta de personalidad, esa cosa producida por el ego y utilizada por este para hacernos infelices, pero como esclavo, esta propieda aceptará y se adaptará gustosamente a todo lo que su Dueño ordene. no podría existir sin El, no podría vivir sin Él. si el quiere que salte, preguntaré hasta donde, que corra, preguntaré cuántos kilómetros, y si que sufra le produce placer, el perro llegará hasta el límite de sus fuerzas para satisfacerle.
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