el perro se maravilla constantemente del proceso de entrenamiento que sigue el Dueño con él. todo empieza con una idea que se asienta en la mente del perro. puede venir como orden, como sugerencia o como una simple conversación. entonces echa raices y comienza a crecer y a crecer, normalmente alimentada por el Dueño de alguna manera. como un paciente jardinero va "regando" esa idea hasta que se hace tan fuerte que el perro no puede arrancarla, aunque quisiera, que no quiere. así empezó la vida en castidad del perro, y ahora nota el perro como la idea del silencio y el aislamiento van cogiendo forma. el perro se sorprende deseando no hablar, no comunicarse, vivir en silencio lo más absoluto posible, sólo comunicándose tal vez por la escritura. y luego se ve a sí mismo encerrado, durante días, incluso semanas o meses en una mazmorra, de la cual sólo el Dueño tiene la llave. esas ideas no las identifica el perro como suyas, sino introducidas tal vez por el Dueño pero de las que no puede huir, sino al contrario, las siente creciento hasta el punto de que en algún momento serán necesarias, si no lo son ya, para que el perro sea feliz. si ha hecho eso ¿qué cosa no podrá hacer el Dueño? al perro no se le ocurre ninguna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario