jueves, 12 de noviembre de 2015

día 2128 de esclavitud, 100 de castidad.

el perro ha supurado hoy en el trabajo. hacía tiempo que no le pasaba. no fue algo pequeño ni discreto sino abundante, bastante abundante. como en otras ocasiones el perro fue a orinar, y se sentó en el retrete. no puede hacerlo de otra manera sin manchar todo, incluso a él mismo; y ya casi no recuerda como es orinar de pie. cuando este pensamiento viene a su mente inferior se siente humillado, pero por algo es inferior. sólo los hombres orinan de pie. no sabe si algún compañero se ha dado cuenta de que no usa los urinarios, sino que siempre se mete en el reservado. pensará que el perro es un estirado fino o acomplejado que no quiere o que teme que le vean la polla, cuando es justo lo contrario. el hecho es que se sentó y orinó y cuando terminó notó cómo persistían las ganas así que se quedó y sintió como un chorro salía de su polla. efectivamente no era líquido, no era orina, sino algo parecido al líquido preseminal.
el perro no puede evitar pensar que aún queda mes y medio para el próximo ordeño del perro. tampoco es que ansíe que llegue. de hecho no quiere que llegue. ve ese momento como una debilidad, como un momento en que tiene que renunciar a su vida en castidad por cuestiones físicas, de salud. si al menos lo hiciera con la jaula sería más llevadero pero el Dueño quiere que lo haga sin ella. el perro comprende sus razones, que no son para nada "compasivas" o "débiles" sino sanitarias, pero el alma de esclavo del perro no puede evitar sentirse así.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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