domingo, 29 de noviembre de 2015

día 2145 de esclavitud, 117 de castidad

el perro está en el límite, no porque esté agotado físicamente o psicológicamente. está al límite porque hoy se le han ocurrido constantemente ideas liminales, fantasías que, para un varilla rozar la cordura o lo socialmente admisible. es como si, una vez cuestionados algunos pilares de la sociedad en la que vivimos, pudieran ponerse en cuestión todos.
dicen que sade, el marqués, escribía para sacar fuera de su cabeza los demonios que le rondaban y hoy el perro ha sentido algo parecido. de hecho se lo comentó al Dueño y lo que le dijo el Dueño fue que escribiera, que escribiera un relato o incluso una novela, que eso le agradaría mucho. el problema es el de siempre, para escribir hay que tener tranquilidad y calma pero la no-vida del perro lo absorbe de manera que es muy difícil estar centrado para escribir. aún así es una tarea pendiente.
tras el Gran Salto ese problema no existirá porque el perro, al vivir encerrado, pasará gran parte del tiempo esperando a que el Dueño quería usarlo.
otro de los elementos necesarios para escribir es ser disciplinado, o tener una vida disciplinada, organizada, siempre levantándote a la misma hora, con una lista de tareas organizadas, sabiendo qué tiempo le dedicas a que. en ese sentido el Dueño es extremadamente organizado, y estricto. sólo alguien así puede ser Amo.
por supuesto el perro desea someterse a ese régimen tan organizado porque sabe que es le permitirá escribir todo lo que tiene pendiente, tanto ensayos como narrativa.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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