viernes, 2 de octubre de 2015

día 2087 de esclavitud, 59 de castidad

terminó la semana de trabajo y ha sido dura, sobre todo porque el calor no remite y es ya algo insoportable, inaguantable. por la tarde el perro tenía varios compromisos a los que el Dueño le dio permiso para acudir. cada vez el perro se siente más incómodo en estos encuentros sociales a pesar de que cada vez los tiene menos. cuantitativamente la cantidad de tiempo que el perro pasa encerrado en casa es mucho mayor que en otros momentos de su vida.
aún está digiriendo el perro su ordeño de ayer. hay que decir que se entremezcla el rechazo y luego la frustración por haberse ordeñado, porque a pesar de no romper la castidad, haberse ordeñado es algo ajeno a su estado natural. la castidad y la jaula están integrados en la vida del perro y la castidad es su vida ahora. cualquier alteración produce malestar al perro. últimamente el perro siente cada vez más la necesidad de vivir ordenadamente, con normas estrictas que regulen todos y cada uno de los aspectos de su vida. el perro sería feliz si cada día despertara sabiendo lo que tiene que hacer. en el fondo, y dicho de otra forma, el perro sería feliz si se despertara y sólo tuviera que obedecer.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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