la mordaza en un esclavo es tan importante como la jaula, el collar o la cadena, y cualquier otro elemento que le mantenga humillado y sometido. así se domestica y somete al ego, y aumenta por tanto su obediencia. pensar que algo que pueda decir le interesa al Amo, sin que este le dé permiso o le pregunte, es prepotencia y orgullo, dos actitudes que no tienen cabida en la vida de un esclavo. en silencio, controlado y obedeciendo, el esclavo aprende e interioriza que no es nada y que no merece nada, por lo que siempre debe mirar al suelo, humillado, esperando que su Amo decida usarlo. no hay más que esto, pero tampoco menos, porque el perro sabe lo difícil que es conseguirlo. a veces se tarda mucho, pero como esclavos naturales no podemos hacer otra cosa. nuestra felicidad depende de ello.
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