hay un tipo de bondage, casi todos realmente, que mantienen en cuerpo en tensión, con los músculos en posturas enérgicas, poco naturales, poco relajadas. es una tensión contenida que puede utlizarse para intentar escapar. sin embargo, si el bondage está bien hecho, el esclavo va dándose cuenta, poco a poco, de que no tiene el control y que la situación se le ha escapado de las manos. entonces sólo le queda relajarse y la tensión de los músculos disminuye, porque el esclavo sabe que va a pasar así un tiempo indeterminado sobre el que no tiene ninguna capacidad de acción. esta relajación tiene un efecto en el interior del esclavo, donde otras tensiones siguen el mismo camino. primero, junto con los músculos físicos, el perro intenta escapar, liberarse, salir airoso. luego, cuando ve que la situación es inevitable, esas mismas tensiones se disipan. los practicantes del bondage, y especialmente del bondage de larga duración, conocen este efecto terapéuticos de las ataduras y, cuando finalmente son liberados, toman conciencia de que sus tensiones internas han desaparecido y la sensación física es la misma que si hubieras salido de un masaje. algunas cosas del bdsm son sencillamente inexplicables si no se experimentan.
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