lunes, 4 de mayo de 2015

FdD temblores

2015_05_04

hay determinadas escenas, determinadas visiones, determinadas situaciones, donde el perro no puede sino ponerse a temblar. no tiene que haber siquiera contacto físico, sólo la visión de un Amo todo encuerado, con sus botas altas brillantes, guantes y látigo. para un perro fetichista es la imagen viva de la autoridad, del poder. porque, para un esclavo, el poder es lo que realmente excita a un perro. lamer las botas, el cuero, incluso el látigo que va a romper su piel es una manifestación del poder del Amo. el perro lo vive con el Dueño. incluso ha llegado a lamer la pala con la que le ha castigado y sabe que dará lals gracias al Dueño por cada vez que le pegue, le azote o le produzca dolor. es Su derecho, para eso tiene el poder. el perro siempre tiembla ante el poder.

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