a lo largo de estos años como esclavo, el perro se ha dado cuenta de que la imagen es importante, pero no es determinante. da igual lo masculino que puedas parecer, el cuerpo que puedas tener o las actitudes que puedas mostrar. tu interior puede ser completamente diferente, porque la imagen muestra, pero a veces también oculta. en su vida el perro ha encontrado Amos que parecen esclavos y esclavos que parecen Amos. la cuestión es que, al final, hasta que no intimas y dialogas y cada uno se "destapa", no puedes estar seguro de que lo que tú percibes sea real. de hecho alguna vez han confundido al perro con un Amo, no porque vaya con actitudes dominantes o de Amo, sino porque tiene un cuerpo grande y algunos dicen que su expresión es demasiado seria. lo extraño es que el perro se ha sorprendido de ello, porque no se reconoce en absoluto de esa manera. el perro se siente un ser inferior, ni siquiera con derecho a llamarse humano, sino un servidor de su Dueño, una propiedad. la contradicción entre lo que algunos ven y lo que el perro siente es evidente. esta reflexión viene a cuento por la imagen de hoy, en la que el perro se ha fijado más en el esclavo que en el Amo, un skin que podría parecer agresivo, dominante, duro, pero que se inclina ante su Amo, mostrando su inferioridad y sumisión. el Amo posa su mano enguantada sobre su cabeza rapada en un claro gesto de dominio. ya no hay interpretación posible. queda claro quien es quien y cual es su lugar en el mundo.
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