lunes, 11 de mayo de 2015

día 1943 de esclavitud, 30 de castidad

ha sido uno de esos días maratonianos que de vez en cuando tiene el perro. hoy entró en el trabajo a las ocho de la mañana y salió exactamente a las ocho y cinco de la tarde, doce horas sin salir, sin pisar la calle, con media hora para comer. para que después digan que la esclavitud ha terminado. tampoco es que el perro se queje. tiene un trabajo y además un trabajo que le gusta, pero son muchas horas y, cuando sale, no tiene ganas de nada, salvo de comer y acostarse. aún así el perro hizo alguna cosa que el Dueño le había mandado.
ha venido una ola de calor muy seria y el perro le suplicó al Dueño que le permitiera cambiar las botas por un calzado más llevadero. siempre en verano el Dueño permite esto. en canarias hace mucho calor, especialmente en verano y las botas se vuelven un auténtico problema. ya pasó eso en veranos anteriores. lo curioso es que el Dueño no sólo lo concedió, sino que dijo que estaba pensando en eso precisamente. en madrid también hace calor y lo había considerado, de hecho se lo iba a decir al perro. esto ha pasado otras veces, que el pensamiento del Dueño y el perro se cruzan. en más de una conversación el perro contesta o dice algo que el Dueño está escribiendo y las ideas se cruzan en algún lugar del atlántico.
cuando se acerca el verano y el perro tiene que dejar de usar las botas, se siente perdido, desnudo. es un momento de espera hasta que pueda volver a llevarlas. por supuesto sabe que no merece este trato, que es una consideración por parte del Dueño y que si El lo ordenara las llevaría con honor y orgullo, pero si por algo se ha caracterizado el Dueño no es por ser precisamente un Dueño irracional.
lo que si es irrenunciable, pase lo que pase, es la jaula, jaulas en este caso. el perro sabe que morirá con ella puesta, porque ese es el deseo del Dueño. no hay nada que pueda hacer al respecto, salvo aceptar el destino que el Dueño tiene previsto para su perro. el perro lo acepta, lo asume y le agradece al Dueño que lo haya establecido. muchos no saben cual es su lugar en el mundo. lo están buscando, pero no lo han encontrado aún. no así el perro. este ser inferior no sólo sabe cual es su lugar, sino que además sabe cual es su destino, por muchas horas que trabaje en su no-vida. su destino es vivir definitivamente bajo las botas de su Dueño.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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