aunque no lo es, el perro siente que podría ser perfectamente el lederón de la fotos, sobre todo porque en el ropero tiene todas y cada una de las prendas de cuero que lleva. la primera impresión es la de encontrarse ante un Amo, sin embargo el collar al cuello es determinante. nos encontramos ante un sumiso, un esclavo.
algunos afirman que el cuero es más propio de Amos y el latex de esclavos. partiendo de que el coste del material así lo puede indicar esa norma, como todas las normas, están bajo la consideración del Amo. en el bdsm hay rituales, criterios, símbolos y claves, que al compartirse y usarse crean comunidad. en un bar o un encuentro todos presuponen que quien lleve collar es, al menos, sumiso. en la época de la Vieja Guardia se consideraba que llevarlo abierto era señal de que no pertenecías a nadie y de llevarlo cerrado era que sí. ahora esto no se considera tanto, pero sí el hecho de llevarlo. al perro le resulta extraño pensar en un Amo que quisiera llevar una cadena con candado al cuello.
sin embargo sí que se piensa esto del latex y el cuero, o que un Amo debe ser activo y un esclavo pasivo, o cosas por el estilo. sin embargo el perro tiene claro que es su Dueño quien dice lo que está bien y lo que está mal, aquello que debe hacer el perro por obediencia. un perro, por ejemplo, siempre debe obedecer, pero si el Dueño le manda que entrene a un esclavo para su posterior uso y disfrute del Dueño, el perro pasará a mandar a este esclavo.
lo importante de este post y de la FdD de hoy es que, en una relación bdsm, es el Amo quien decide, exclusivamente El, y que es lo más parecido a un ser todopoderoso que el perro se pueda encontrar.
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