a veces no hace falta ver toda la escena. de hecho pocas veces en la vida lo hacemos. nos basta con ver una parte y de ahí sacamos el resto. a veces nos equivocamos y generalizamos de una manera equivocada. existen mecanismos para rectificar eso, pero no dejamos de hacerlo por ello. de hecho lo más importante de la vida se nos suele presentar fragmentado, por partes, incompleto. si no fuera así nuestra vida sería más sencilla, más cómoda. las decisiones profundas de nuestra existencia serían más fáciles de tomar.
en el bdsm ocurre lo mismo, no vemos toda la imagen. cuando comenzamos nuestro camino de sumisión y obediencia no sabemos a donde nos va a llevar o las etapas que tendrá, los momentos de duda, de dolor, de satisfacción. sólo podemos confiar, como esclavos, en nuestros Amos y en que ellos sepan a dónde quieren llevarnos. cuando nos ponen el collar y cierran el candado estamos en sus manos y dependemos completamente de ellos. ellos llevan las riendas y para eso se las hemos dado y puesto nuestra vida en sus manos. por eso hay que tener mucho cuidado y saber a quien nos encomendamos, porque se supone que sólo ellos ven la imagen completa, el lugar al que nos quieren llevar, que no es otro sino al que nosotros queremos ir.
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