hace poco el Dueño dijo al perro que lo tendría, tras el Gran Salto, cubierto permanentemente de cuero o latex, y que nunca se cansaría de eso. la razón es porque es un fetichista. los fetichista centramos en nuestro fetiche todo nuestro deseo y se convierte en algo omnipresente, obsesivo, indispensable. para algunos son los pies, para otros las botas, el cuero, los tacones, el latex, las mordazas, el bondage... hay cientos. entre el Dueño y el perro hay un fetiche muy especial porque es abstracto y es el sentido de posesión. nada excita más al Dueño que saber que posee al perro, y nada excita más al perro que saber que es propiedad del Dueño. el cuero, los guantes, la representación de la autoridad por medio de la camisa de policía... no son sino manifestaciones de ese poder, expresiones internas de ese fetiche abstracto que está en la base de esta relación de Dominación/sumisión.
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