martes, 6 de enero de 2015

día 1819 de esclavitud, 266 de castidad

hoy es un día de fiesta en españa, el día de reyes, en el que se dan regalos a los niños... y a los no tan niños. la gente se levanta por la mañana y encuentra esos regalos que se supone les dejan los tres reyes magos de oriente que fueron a adorar al niño jesús en un pesebre. es una tradición que sólo se celebra aquí, por lo que sabe el perro, y que también vive, porque está inmerso aún en su no-vida. sin embargo es algo que podría mantener tras el Gran Salto, a pesar de que el Dueño no lo celebra. no se trata de entrar en la dinámica consumista sino en recordar durante un día que hay que pensar en los demás, porque eso, en el fondo, significa regalar. hay gente que no piensa en los otros cuando regala, y así salen los fiascos que salen. para regalar hay que tener al otro en mente.
el perro estuvo todo el día de ayer intentando encontrar un regalo adecuado para el Dueño. teniendo en cuenta que tiene de todo, el regalo no podría ser algo material, así que el perro estuvo buscando una forma de conseguir que estuviera permanentemente localizado. al final no lo consiguió porque a pesar de que hay sistemas de gps, parecen no funcionar bien donde está el perro. cada vez que lo intentaba los situaban muy mal. la forma de hacerle es con el móvil, ese apéndice que nos ha salido a casi todos últimamente. es como llevar un chip insertado bajo la piel, porque no nos despegamos de él en absoluto.
la cuestión es que el perro no ha conseguido ofrecerle al Dueño el regalo que pensaba hacerle, que le hubiera gustado hacer. porque aunque un esclavo no posea nada sino que es una posesión, al ser este un camino que se va recorriendo, sí que se pueden aprovechar estos momentos para dar pasos, para ser la primera vez de algo: la primera vez que te puso una jaula de castidad, la vez que le ofreciste no hablar hasta que te preguntara, o entregarle las claves de tu cuenta de correo, o comprometerte a suplicarle permiso para salir o quedar con alguien.
en días como este, o cumpleaños, o santos, en los que la gente hace regalos, el esclavo puede aprovechar y poner a los pies del Amo algo más de sí mismos, de sus sumisión, de su camino hacia la conversión en una propiedad. para eso son los regalos, para conmemorar días que merecen conmemorarse. el problema es que el regalo se ha convertido en el fin, y no en el medio, ya que parece que los días son importantes porque nos hacemos regalos. no. nos hacemos regalos porque esos días son importantes. un esclavo debería hacer cada día importante. no siempre lo consigue así que hasta que lo haga, no estaría mal aprovechar los días como hoy.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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