para cada uno las imágenes, y las palabras, representan una cosa diferente. algunos insultos son más fuertes en determinados contextos que en otros y determinadas estéticas se viven de una forma u otra. para el perro la imagen de hoy es la imagen de la tranquilidad, del descanso, del sosiego, al menos cuando está centrado en su sumisión. el Dueño ha dicho al perro que tras el Gran Salto, dormirá así todas las noches, sin posibilidad de moverse, indefenso y a disposición del Dueño. el saco puede ser igual a este o no, será de cuero según el Dueño y será donde dormirá el perro diariamente.
sin embargo no siempre da esa impresión al perro, especialmente cuando la no-vida toma la delantera. entonces el perro siente como la vida se acelera y lo que le cuesta estar calmado y sosegado. entonces piensa en el saco de cuero y sabe qeu lo pasaría mal, hasta que volviera a centrarse en lo realmente importante: su vida. es como un frenazo, que a veces se vuelve necesario, imprescindible. es lo que le pasa a todo el que se inicia en el bondage. primero lucha, a pesar de que siempre deseó estar atado, formando parte de sus sueños más profundos e inconfesables. sin embargo cuando se ve en esa situación lucha contra ella. cuando al final acepta lo que es y donde está, que no tiene escapatoria, entonces se rinde y entra en contacto con su ser más profundo. por primera vez se siente esclavo. ha cruzado una puerta sin retorno.
al perro no le pasa eso, pero cada vez que la no-vida lo despista, volver a tener esa experiencia de rendición le ayuda a reencontrarse con lo que es: un perro esclavo y sumiso, propiedad de su Dueño.
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