viernes, 12 de diciembre de 2014

día 1794 de esclavitud, 241 de castidad

la mañana fue intensa, como todas pero además esta lo fue más, tal vez porque hoy teníamos la comida de navidad en el trabajo. todo el mundo fue emperchado y el perro apareció con sus botas sendra y ropa normal. le hubiera gustado aparecer de cuero, pero habría sido bastante incómodo, por el clima principalmente. aquí incluso en invierno hace calor; aunque tampoco hay que descartar la impresión que hubiera supuesto aparecer de esa guisa. fue suficiente saber que llevaba la jaula aunque nadie lo supiera. fue la comida en un restaurante conocido y estuvo bastante bien.
al perro no le gustan demasiado estos encuentros sociales forzosos, otra prueba de que nació para la soledad de una mazmorra. cuando la cosa se pone aburrida, el perro hace un ejercicio de distanciarse, de alejarse y hacer de espectador. el perro vio muchos egos en movimiento y en acción.
el perro se fue pronto, a las 8 de la tarde, y dice pronto porque algunos se fueron de madrugada y otros sencillamente no recuerdan cuando se fueron. al llegar a casa el perro no tenía energías y se imaginó una situación así tras el Gran Salto. si el Dueño hubiera permitido la salida, al llegar seguro que lo habría encadenado y encerrado en una jaula para que volviera a centrarse. eso llegará, sin duda llegará, aunque el perro no sabe cuando.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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