uno de esos días duros en los que el perro tuvo trabajo por la mañana y master por la tarde, saliendo a las siete de la mañana de casa y volviendo a las ocho y media de la tarde.
durante todo ese tiempo la jaula y las botas fueron acompañantes permanentes y como recordatorios de la condición de esclavo, a pesar de que para todos los demás con los que el perro se cruzó durante el día no fuera más que alguien funcional, incluso directivo. algunos vinieron a pedir consejo e incluso a esperar órdenes. pero en su interior el perro sólo quería obedecer a su Dueño. y así, por la tare, ya en la universidad, el perro fue al baño con el pañuelo que lleva siempre consigo en la mochila y que le regaló el Dueño, se encerró en un retrete y se amordazó. a continuación grabó un video con el móvil donde se veían las botas, la jaula y la mordaza; y así se lo envió al Dueño.
la respuesta no se hizo esperar:"Así me gusta que esté MI PERRO. ¿Te gusta que el posesivo?". por supuesto el perro contestó que sí. "Pues a partir de hoy me referiré así cuando te nombre, mi perro". son estas cosas pequeñas las que hacen que esto merezca la pena, que tenga sentido y que el perro se sienta aún más propiedad de su Dueño.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
miércoles, 10 de diciembre de 2014
día 1792 de esclavitud, 239 de castidad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario