miércoles, 10 de diciembre de 2014

día 1792 de esclavitud, 239 de castidad

uno de esos días duros en los que el perro tuvo trabajo por la mañana y master por la tarde, saliendo a las siete de la mañana de casa y volviendo a las ocho y media de la tarde.
durante todo ese tiempo la jaula y las botas fueron acompañantes permanentes y como recordatorios de la condición de esclavo, a pesar de que para todos los demás con los que el perro se cruzó durante el día no fuera más que alguien funcional, incluso directivo. algunos vinieron a pedir consejo e incluso a esperar órdenes. pero en su interior el perro sólo quería obedecer a su Dueño. y así, por la tare, ya en la universidad, el perro fue al baño con el pañuelo que lleva siempre consigo en la mochila y que le regaló el Dueño, se encerró en un retrete y se amordazó. a continuación grabó un video con el móvil donde se veían las botas, la jaula y la mordaza; y así se lo envió al Dueño.
la respuesta no se hizo esperar:"Así me gusta que esté MI PERRO. ¿Te gusta que el posesivo?". por supuesto el perro contestó que sí. "Pues a partir de hoy me referiré así cuando te nombre, mi perro". son estas cosas pequeñas las que hacen que esto merezca la pena, que tenga sentido y que el perro se sienta aún más propiedad de su Dueño.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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