lunes, 8 de diciembre de 2014

día 1790 de esclavitud, 237 de castidad

el Dueño volvió a ordenar al perro que se torturara con las pinzas hoy, al menos media hora, y que fuera apretando cada tanto tiempo. lo curioso es que, como ayer, fue bastante llevadero. hoy es fiesta así que el perro estuvo en casa todo el día, encerrado con la jaula y la cadena y el candado alrededor del cuello. mientras tuvo las pinzas puestas el perro hizo todo lo que tenía que hacer, como si no importara que las llevara. el dolor era soportable ¿lo será siempre? el perro se teme que no. sin embargo confía ciegamente en el Dueño y sabe que Éste extenderá los límites del dolor del perro, pero nunca los llevará hasta donde no pueda soportarlo.
esto plantea una paradoja, una nueva. ¿cómo sabe el perro cuánto puede soportar si está dispuesto a soportarlo todo por el Dueño? tal vez otro se rendiría antes, o después, pero si el perro utiliza la palabra de seguridad, en caso de haberla, o el Dueño ve que no puede más. ¿podría haber aguantado el perro unos minutos más? ¿un azote más? ¿una pinza más? lo que es, es, como decía parménides, así que no se puede hacer esa pregunta porque implica el futuro. ¿qué hubiera pasado si....? y un esclavo sólo tiene el presente, el presente que su Dueño le plantea. esa es su única realidad.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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