viernes, 21 de noviembre de 2014

día 1773 de esclavitud, 220 de castidad

el perro ha tenido otra reunión hoy y se ha producido en medio del temporal que sufren las islas. ya llevamos casi cinco días y hoy las lluvias han sido más fuentes que nunca. por eso el perro no ha podido llevar las botas del Dueño porque las sendras resbalan con la lluvia. sin embargo se ha puesto otras que tiene cuya suela es de goma. son altas y parecen vaqueras, pero no lo son. le resultan cómodas pero no son las botas del Dueño, en absoluto.
el resto del día lo pasó el perro en casa porque se fueron alternando las lluvias y los claros y ya empezaba a hacer frío.
cada día que pasa, cada momento que sucede, el perro se siente más reforzado en su idea de que es un perro esclavo y de que debe vivir sometido a los designios de su Dueño. el perro sabe que sólo viviendo en obediencia podrá el perro ser feliz. aún le queda mucho camino porque detecta aún ideas y pensamientos contrarios a la sumisión y a la esclavitud, pero espera que el Dueño, con el entrenamiento los haga desaparecer.
hoy el perro vivió algo parecido a una experiencia de encierro. el Dueño le ordenó que se pusiera las sendra, la cadena y el candado al cuello y una cinta en la boca. así debía ponerse a trabajar. pero además añadió las pinzas en los pezones. el perro debía llevarlas la primera media hora de su encierro. por supuesto llevaba la jaula. visto desde fuera por cualquiera daría un espectáculo "patético", pero así debemos vivir los inferiores, sujetos y controlados.
esta será la vida del perro ahora y para siempre: encadenado, sometido a la voluntad del Dueño en silencio, y ahora a esto se le une el dolor, que también estará presente.
el perro añora ese momento en el que se rompa definitivamente, en el que su voluntad desaparezca y ya no exista. en determinados encuentros con el Dueño el perro ha podido vislumbrar ese momento, pero llegará un instante en el que se produzca y ya no habrá marcha atrás. romper la voluntad es interiorizar las cadenas de forma que tu mente quede tan aprisionada que da igual que estés atado o no.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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