martes, 11 de noviembre de 2014

día 1763 de esclavitud, 210 de castidad

el perro se ha convertido en lo que quiso ser, aquello que admiraba y que buscaba. hoy, caminando por la ciudad en botas, el perro se dio cuenta de los pocos que las llevan. en otro momento, y en este, el perro se fijaría en cualquiera que llevara botas, se fijaría en él mismo si pudiera verse desde fuera. la verdad es que son unas botas fantásticas, las mejores, botas vaqueras negras brillantes, botas sendras. son botas que marcan un compromiso, un fetiche, una adicción. el perro entró en un bar a tomar un café y había un hombre en la barra, tomando algo. inmediatamente se fijó en que llevaba botas, unas marrones, algo fashion, de esas que tienen cremallera a un lado. el perro llegó a llevar algunas de esas. llaman la atención pero no son botas como las del perro. hay diferencias, ha jerarquías, hay grados y niveles. instintivamente el perro se pone recto, se yergue, pone la espalda recta. el perro siempre está por debajo del Dueño, pero por encima de todos los demás. el perro se pregunta si el de las botas de la barra se ha fijado en las botas del de la mesa que está escribiendo. se pregunta si comparten su fetiche o sencillamente las lleva por moda y, por último, se pregunta si leerá estas líneas y reconocerá que estuvo cerca del perro que esto escribe. es un juego de reconocimiento que se puede producir o no, pero que resulta interesante.
en otras circunstancias, en otros momentos, el juego es más claro. hay cruce de miradas, las botas son más explícitas y todo es más claro. al final no llega a nada, porque el perro lleva la jaula, y porque tiene prohibido nada por el Dueño, pero ¿qué pasaría si el Dueño dijera, busca un botero y tíratelo, o sométete a él? lo haría el perro sin duda, por obediencia, porque el Dueño lo ordena. pero no pasará porque el Dueño es celoso con sus propiedades, al menos eso cree el perro y no dejaría que otro usara lo que es suyo sin una buena razón: un castigo, una penitencia, o una ofrenda a un Amo-amigo-colega.
el bdsm no deja de ser eso, un juego de reconocimiento, de miradas, de descubrimientos, un juego de identidades.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

No hay comentarios: