curiosamente el perro esperaba estar más inquieto por el trabajo pero no ha sido así. de hecho hoy ha sentido la sumisión muy a flor de piel. ya ha hablado de como, una vez se hace más normal un estímulo, éste se integra y se busca un estímulo mayor. en estos momentos la jaula, por ejemplo, está plenamente integrada y el perro busca otro estímulo. es una especie de droga. pero es que la sumisión es eso precisamente, una especie de droga. nunca se tiene suficiente. de ahí que, a medida que se va progresando en este camino, se vayan asumiendo nuevas prácticas, se vaya uno entrenando en nuevas cuestiones, nuevos fetiches, nuevas cosas por hacer. es una experimentación constante. a veces se tienen límites infranqueables, pero otras veces se van saltando los que no lo son. además de eso se va profundizando. Dueño y perro han hablado muchas veces como la propia relación nos ha hecho ir más abajo, ser más radicales, cada uno en su papel; El más dominante y el perro más sumiso. por todo ello el perro no deja de pensar que es un camino, un recorrido que ambos recorren, uno a pie y otro de rodillas o a cuatro patas, según sea el caso.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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