las vacaciones se hacen esperar y más con el nuevo cargo. ahora el trabajo es más, pero el perro está ilusionado. los proyectos nuevos siempre lo estimulan, aunque tiene mucho cuidado de no echar leña al fuego del ego. el Dueño no lo permitiría y cortaría de raiz cualquier atisbo del ego de salir del lugar donde está arrinconado.
el perro tendrá que mandar, pero lo hará como un servicio, como algo en función de los demás y no para él mismo. de todas formas el Dueño ya ha ordenado hace tiempo que el perro no se debe dejar pisar por nadie, salvo El y aquel a quien El dé permiso.
esta idea siempre ha intrigado al perro, el servir a otro, Amo o no, por orden del Dueño. por supuesto se haría sin cuestionar, interrogar o preguntar. las órdenes se obedecen sin rechistar, los "peros", si los hay, vienen después. primero de todo es la obediencia.
aún así el perro cree que se sentiría raro, porque siempre ha servido al Dueño, desde que le pertenece y no ha servido a ningún Amo más. sería una experiencia nueva.
de entrada el perro cree que se sentiría humillado si alguien lo viera con la jaula. y no lo dice en sentido negativo, al contrario, la humillación iría contra el ego y el ego es el auténtico enemigo del esclavo.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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