ojalá esto fuera lo que viera permanentemente en su vida el perro. si así fuera nunca iría sin rumbo, no miraría otros caminos posibles, sino que estaría centrado en su recorriendo, en su Dueño, en lo que tiene que hacer. levantar la vista para un esclavo puede ser un peligro. ver otras perspectivas puede descentrarlo. por eso es necesario focalizar la atención en el Dueño, en sus órdenes, en lo que manda, ordena y desea. sólo El ve todo el conjunto; sólo El puede decir lo que hacer y hacia donde ir. por esos sus órdenes son obedecidas sin rechistar y por eso el esclavo debe suplicar permiso para todo lo que pueda porque así, obedeciendo, no podrá equivocarse.
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