martes, 24 de junio de 2014

día 1622 de esclavitud, 70 de castidad

el silencio es un valor, y un valor muy grande. decían los antiguos que se nos han dado dos orejas y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos. el problema es que normalmente se habla el doble de lo que se escucha y, se mire por donde se mire, eso siempre es hablar de más.
el perro ha notado eso cuando se ha hecho cierto silencio alrededor suyo. es cierto que aún tiene que ir por la mañana al trabajo y por la tarde a la universidad, pero ya no tiene que responder con plazos y eso es como una especie de silencio, que no echó de menos hasta que no regresó después de haberlo perdido.
no puede dejar de pensar cómo será vivir en el silecio de una mazmorra, un sótano, una jaula... aislado, sólo usado para satisfacer las necesidades y los deseos de su Dueño. hay demasiado ruido alrededor, de cualquiera, más alrededor del perro. por eso la mordaza tiene tanto sentido en el entrenamiento de un perro; porque devuelve el tema a su verdadero sentido, es decir, a escuchar el doble de lo que se habla.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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