el bdsm tiene mucho de imagen, de estética, de apariencia, de look. por eso al perro le resulta irónico y a la vez fascinante, esta combinación de un lederón justo delante del cartel de hollywood. tiene un gusto a paradoja contradictoria: lo generalista frente a lo minoritario, lo urbano frente a lo rural del campo circundante, lo local frente a lo global, la imagen frente al contenido, lo superficial frente a lo superfluo. porque a pesar de que mucho lo consideran una apariencia, para el perro no hay nada más firme, estable, profundo y seguro que un lederón que se ha ganado sus cueros y los lleva con orgullo.
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