lunes, 26 de mayo de 2014

día 1592 de esclavitud, 40 de castidad

un día como ayer, exactamente igual, con lo mismo, con la misma organización del tiempo: trabajo y algo de descanso, trabajo y algo de descanso, trabajo y algo de descanso.
la calentura de ayer desapareció y el perro se dedicó a terminar las cuestiones de trabajo, que hizo por la tarde. cuando terminó el perro respiró y se relajó un poco más, aunque sólo es el primer asalto. aún queda un gran trecho por recorrer.
el perro intuye que en los próximos días, a medida que se relaje por el trabajo terminado, aumentarán las ganas de correrse. vivir en castidad, como hemos hablado a menudo, no elimina el deseo, algo que con lo que el perro tendrá que luchar incluso tras el Gran Salto. si no fuera así, no tendría mérito vivir en castidad.
tambie´n hoy fueron las elecciones europeas y el perro preguntó ayer al Dueño a quien debía votas. el Dueño llamó al perro y estuvieron discutiendo las opciones. el Dueño preguntó al perro a quien quería votar y por qué, quería que se lo argumentara. al final dio la orden de que fuera a votar y que permitía hacerlo a quien había argumentado. el perro cumplió hoy la orden del Dueño.
lo interesante vino al final de esta conversación, cuando el Dueño dijo que por el momento eso no le importaba, pero que tras el Gran Salto, esto sería innecesario, porque estaría en otra situación y sería un sinsentido que votara siquiera. el perro no pudo sino aceptar que tenía razón.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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