uno de esos días eternos, con el trabajo por la mañana y la universidad por la tarde. mucho tiempo perdido, porque mucha gente no se toma en serio muchas cosas. la no-vida parece imperar, pero sólo lo parece, porque durante todo este día la jaula se encargó de recordarle al perro quien estaba al mando: el Dueño. siempre es El, siempre está, aunque no esté presente. es una situación en la que parece que no puedes escapar, porque tampoco lo deseas. la no-vida puede ser todo lo prosaica y aburrida que quieres, pero entonces un movimiento, una visita al baño, subirte en el coche y notarla ahí; la jaula se hace presente y te recuerda que no eres sino un perro, que no tienes control sobre ti mismo, que dependes de otro. en esos momentos es como si un rayo de tu auténtica vida asomara e iluminara tu existencia aburrida y ese día que parece eterno se vuelve más soportable. si además añadimos los mensajes al Dueño diario, diciendo lo que haces y donde estás, todo se vuelve más llevadero.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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