martes, 25 de febrero de 2014

día 1502 de esclavitud, 73 de castidad

el perro sigue con un estado bajo, muy bajo, con mucha tristeza. tanto el Dueño como el perro saben lo que le convendría en momentos así: una buena temporada aislado en una celda o encerrado en una jaula, amordazado, tal vez en privación sensorial. la razón es que a veces el perro piensa que este estado anímico se produce por una influencia del ego. la tristeza viene por una añoranza de lo que no se tiene, o de lo perdido, y no se tiene lo que uno no acepta, lo que uno no vive, es la añoranza de lo que uno no es. y el perro no está ya más en esa situación, porque el perro ha encontrado su lugar en el mundo, su papel en esta gran obra. descubrir la sumisión como forma de existencia lo ha salvado de una vida apagada y amargada, que el perro ve en otros muchos, que están constantemente luchando contra lo que son, contra lo que sienten, contra sus deseos.
la mejor forma de vencer al ego es volver a retomar eso tan profundo que es lo que llevas dentro, reconciliarte con tus deseos y con lo que eres, con lo que estás buscando en lo más profundo de tu ser. en el caso del perro eso pasa por arrodillarse delante de su Dueño.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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