cualquiera que haya estado en una sesión bdsm podrá hablar de la enorme energía que se pone en marcha en esas situaciones. la fuerza, la intensidad, la emoción que eso produce, raramente puede ser comparada con otras circunstancias. es algo único. no sólo el cuerpo, sino todo el ser se pone en funcionamiento, en marcha. incluso cuando el esclavo está atado, inmovilizado, en privación sensorial; el esclavo siente fuertes descarga de energía que lo llevan a un estado alterado. el cuero, el metal, las mordazas, las capuchas... todo parece hacer de intensificador, de elemento conductor y amplificador de esa energía.
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