lunes, 20 de enero de 2014

dia 1466 de esclavitud, 37 de castidad

no lo podía creer. ha vuelto a pasar. esta mañana el perro volvió a despertarse con el tiempo justo y, tras ducharse y arreglarse para ir a trabajar, aprisa y corriendo, se volvió a olvidar ponerse la jaula. se dio cuenta camino del trabajo en el coche. ¿dos días el mismo error, la misma falta? esto no es normal, aquí falta algo. el primer sentimiento que tuvo fue el de temor, mezclado con vergüenza por haberle fallado al Dueño. temía su reacción, y ante ese temor, el ego aprovechó para intentar que no lo confesara, que no le dijera nada. el perro entendió perfectamente el sentdo de la "tentación" religiosa. sin embargo el pensamiento que imperó fue: "ha pasado y tienes que asumir tus consecuencias". el Dueño no está aquí físicamente, si el perro no dice la verdad y empieza a ocultar cosas, nunca crecerá, ni avanzará en la sumisión, y entrará en una dinámica que terminará volviéndolo a convertir en un perro callejero sin Dueño. esa imagen fue aterradora.
así que nada más llegar al trabajo el perro lo confesó al Dueño. por supuesto para El fue una decepción, pero su reacción sorprendió al perro. dijo que El estaba haciendo algo mal y que tenía que reflexionar sobre ello. muchas veces me había dicho que el perro no podía fallar, que de haber un fallo era responsabilidad del Dueño, porque a el corresponde el entrenamiento y mantener al perro en la obediencia. si el perro no puede decidir, tampoco puede ser responsable de lo que hace.... por tanto si el perro falla es el Dueño el que falla. es el mismo razonamiento que cuando, por ejemplo, estás en un lugar público como perro, tu comportamiento refiere a tu Amo, y cuando la gente te ve valora lo bien que tu Amo te ha entrenado. lejos de ser una excusa para hacer lo que quisiera, porque no soy responsable, la respuesta del Dueño hizo al perro sentirse más avergonzado por no haber obedecido adecuadamente.
igual que el viernes anterior, el perro cargó toda la mañana con la vergüenza de haber fallado y con la sensación de estar completamente desnudo, como si no llevara pantalones. por la tarde el perro fue a la universidad y mientras comía en la cafetería, reiteró al Dueño su petición de perdón. El contestó diciendo que el castigo sería que no hablaríamos esta semana y que quería que le enviara una foto suplicando perdón en los ojos. así lo hizo el perro, pero no cayó en la cuenta de que no se había amordazado.
ya estaba en clase cuando recibió la respuesta del Dueño, diciendo eso, que creía haber especificado que la foto era amordazado. El sabía que estaba en clase y notaba, en la distancia, su malestar. entonces, ni corto ni perezoso, el perro cogió el pañuelo, salió de la clase y en un rincón, donde podrían haberle visto, se amordazó y sacó la foto, enviándosela al Dueño.
poco después el Dueño contestó "buen perro". fue el único momento del día en el que el perro se sintió feliz.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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