el perro estuvo todo el día fuera de casa, con permiso del Dueño, claro. primero en casa de un conocido ayudándolo en una cosa que tenía pendiente. luego fue el perro a una comida y al final una sobremesa en una terraza.
el Dueño dio permiso pero puntualizando. como siempre: con botas y jaula. y así fue el perro, embotado y enjaulado. aún así, a pesar de llevar las botas y la jaula, no es suficiente, en el sentido de que pasar todo el día fuera es agotador y cada vez el perro se siente con más ganas de estar encerrado. no es una cuestión de sociopatía, no es que odie a la gente sino que el perro siente qu enecesita, de vez en cuando, grandes períodos de soledad y aislamiento.
es sentir esto, incluso en días, en los que el perro pasa todo el tiempo señali´zandose lo que le hace pensar que no va muy desencaminado y que, aunque sabe que será duro, vivir encerrado no es de las peores formas de vivir para él. una vez pasados los primeros días, al mes tal vez, de soledad y aislamiento, el resto del tiempo el perro no querrá salir de su celda, o salir se convertirá en una carga, una pesadez que tendrá que soportar estoicamente.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
sábado, 11 de enero de 2014
día 1457 de esclavitud, 28 de castidad
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