10:46 el perro siente que ahora debería estar o pasar un par de días encerrado, metido en el saco tal vez, en privación sensorial, sin ver ni oir nada, como castigo y para volver a conectar con su vida auténtica, con su naturaleza, con lo que es. se producen desviaciones cuando el perro tiene demasiada vida social o cuando ha asumido el último paso de su esclavitud de forma que no lo mantiene ya centrado. la dureza de este camino de sumisión es la necesidad de estar permanentemente alerta y de no bajar la guardia en ningún momento. aún está esperando la decisión del Dueño con respeto a su comportamiento de ayer.
00:00 el Dueño ha hablado con el perro para dar su veredicto. básicamente el problema se ha identificado con que el perro actuó de una forma dominante, no por delegación ni por encargo, sino por iniciativa personal suya, algo imperdonable en un esclavo, en un perro. aún así el Dueño ha sivo benévolo. ha considerado el hecho de la confesión inmediata como un atenuante, pero sobre todo el hecho de que no soy responsable de mis actos hasta cierto punto. esto no significa que no tenga responsabilidad, sino que el Amo de un esclavo, participa de esa responsabilidad. cuando un Amo toma como de su propiedad a un esclavo se establece un vínculo especial entre ellos. igual que cuando el Dueño dice que lo que pretende es hacerme una especie de "prolongación" o "extensión" suya, y por eso debo llevar las botas que El ordena o la estética que El desea, igualmente los logros, pero también las caídas del esclavo, son en cierta medida las del Amo. el Dueño no asume lo bueno, como cuando alguien valora el blog y se considera mérito suyo, sino también asume que en los fallos participa El también. bien sea porque el entrenamiento no fue el adecuado, o que relajó un poco la correa. el hecho es que no fue de tipo "tú estás ahí y me has fallado y por eso voy a descargae mi ira sobre ti", sino "estamos en esto juntos y mi obligación es hacerte el mejor perro posible". lejos de parecer un Amo débil, al perro le temblaron las rodillas en señal de sumisión, agachó la cabeza avergonzado y sintió un dolor brutal por haberle fallado. las palabras que salían de su boca eran como latigazos, precisamente porque no eran latigazos, sino comprensión y, hasta cierto punto caricias. el Dueño es un Amo terrible cuando se enfada, muy terrible, de manera que el mayor miedo del perro es despertar su ira, pero escucharlo y sentirlo así, fue algo increíble y desconcertante. lejos de perder autoridad, el perro se sometió aún más ante su sabiduría y su forma de afrontar esto. sólo los poderosos pueden ser magnánimos, los mediocres suelen ser prontos al castigo y proyectan sobre los otros sus propias debilidades. el Dueño no necesita hacer eso, está por encima de eso.
dice un antiguo dicho que las crisis son momentos de destrucción pero también oportunidades de crecimiento. el perro siente hoy que todo esto ha sido lo segundo. a partir de ahora el Dueño ha prohibido al perro tener cualquier tipo de relación donde mantenga una posición de autoridad o superior sobre otro, bien sea como "entrenador", tutor, orientador o nada por el estilo. sólo se le permitirá al perro esa actitud en su no-vida, por expreso deseo del Dueño y para que nadie lo pise. en el resto de la vida será el perro sumiso y obediente que debe ser. así se reforzará esa actitud y se evitará que vuelva a pasar lo de ayer, cuando el perro asumió un papel dominante. eso debe quedar atrás, porque ya no es más el perro. el perro no es así, y no volverá a serlo.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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