domingo, 24 de noviembre de 2013

día 1409 de esclavitud

70 días de castidad, 14 desde el último ordeño.
hoy el perro le escribió al Dueño diciéndole que a veces ni sentía que tenía la jaula puesta. como respuesta el Dueño envió una frase que, por su simpleza y evidencia, le causó una fuerte impresión. dijo: "es tu nuevo pene, y uno no siempre es consciente de su pene". la simplicidad, sencillez y autenticidad de la frase dejó al perro pasmado. sabe que a partir de ahora todo será así, con un "pene de plástico", inútil e inservible porque sólo es una funda que impide el acceso del perro a su pene.
hoy el perro siente la jula perfectamente integrada, como si formara parte de él mismo. no hay rechazo, ni dolor, sólo aceptación y, por momentos, olvidar que está ahí. ese es un signo de que la castidad está haciendo efecto, de que la obediencia va en aumento, de que la vida de sumisión está ganando la batalla.
eso se hizo hoy de manifiesto cuando el perro tuvo que retirar la jaula. el escrot hizo un movimiento rato y quedó pillado por los anillos así que, rápidamente, tuvo el perro que quitárselo para recolocarlo. aprovechó para limpiar la jaula, no tardando apenas cinco minutos. durante el tiempo que estuvo sin la jaula, tembló y le entró un temor extraño, como si sintiera que le faltaba algo.
una vez aceptada e integrada la castidad, como forma de expresar la sumisión del cuerpo a los deseos del Dueño, el perro siente que aún quedan dos etapas que cubrir. la primera es la del silencio. aún sigue opinando y diciendo cosas cuando no debe. ojalá pudiera estar amordazado la mayor parte del tiempo, si no todo el día, entrenando el silencio.
la otra tarea pendiente es la voluntad. el perro sige teniendo resquicios de voluntad. el Dueño lo ha dicho, y que El la hará desaparecerá en el momento adecuado, pero que aún necesito eso para la no vida. cuando de el Gran Salto la voluntad quedará limitada con el entrenamiento al que someterá al esclavo en persona y de manera indefinida. ya no la necesiratá el perro, el Dueño decidirá por él y el perro quedará en lo que siempre quiso: sólo obediencia.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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