sábado, 26 de octubre de 2013

día 1380 de esclavitud

41 días de castidad, 7 desde el último ordeño
algunos necesitan la sumisión para vivir felices, para avanzar. igual que algunos tienen que tomar un café, quedar con su terapeuta, salir de fiesta o ir de viaje, hay gente que necesita alguien que le imponga una disciplina, les marque metas y les castigue si no las siguen. hay gente que se quedó parada en un momento del camino de la vida, en una encrucijada y que no pudieron o no supieron coger una dirección.
y alli siguen, aún esperando. para estas personas un Amo sería lo ideal porque necesitan a su lado una mano dura que los sustente y apoye, pero también que los impulse y oriente, y que les castigue si se salen de la ruta trazada.
¿por qué es mejor pagar una cantidad de dinero semanalmente a alguien para que te escuche qeu arrodillarte ante alguien y suplicarle que te guíe hacia lo que es mejor para ti? El Amo no sólo puede ser tu Amo, también puede ser tu maestro, tu orientador, tu entrenador, tu coach, esa palabra que está ahora tan de moda. estamos hablando de algo que trasciende una sesión pero que no abandona los límites del bdsm. alguien qeu te guia por los caminos del placer, te ayuda por los caminos del sufrimiento y del dolor, bien puede llevarte por los caminos de la vida.
si nos fijamos bien, todo aquello que hace falta para salir airoso de las vicisitudes de la vida, está presente en el bdsm: honor, responsabilidad, apoyo incondicional, capacidad de superación, disciplina, coherencia, asumir tus propias responsabilidades, capacidad de negociación....
el bdsm puede ser, es de hecho, un magnífico entrenamiento para la vida y al igual que la vida, el truco consisite en encontrar al Amo adecuado. no todos pueden acompañar en este camino, de hecho el perro cree que muy pocos pueden, pero no por eso hay que dejar de intentarlo. lo cierto es que también somos pocos los que queremos recorrer este camino. gente que quiera una sesión morbosa no escasean, novedosos seguidores de grey. pero esclavos de verdad que vivan esto no sólo como un juego sexual, sino como una forma de vida, un camino para la realización, no abundan tanto. así como hay esclavo que buscan un Amo que los oriente y lleve por la vida con una correa, hay Amos que buscan esclavos a los que llevar. el problema es que pocos esclavos soportan, realmente, el peso de esa correa.
hoy el perro estuvo en casa, sumido en estos pensamientos, salvo un rato que salió con un amigo a tomar un café, con permiso del Dueño, por supuesto. este amigo es uno de esos sumisos que miran con recelo la correa, saben que es lo mejor que les podría pasar, pero sin embargo no se atreven a llevarla. y mientras tanto los días pasan y la vida se escapa. ¿cuánta gente habrá que, por miedo, o por imposibilidad física al vivir en lugares determinados, no se atreven a llevar su collar? no saben lo "liberador" que es aceptar definitivamente lo que eres, e intentar vivir, en la medida de lo posible, según eso.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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