sábado, 5 de octubre de 2013

día 1359 de esclavitud

21 días de castidad, 21 desde el último ordeño.
el perro suele tentar a la suerte porque hoy no se le ocurrió otra cosa que ponerse a ordenar fotos que tiene en el ordenador. por supuesto le excitó ver tantos tíos en cueros sometidos y dominando. aún así la excitación no llegó al punto de ser peligrosa. el perro está en un proceso de poner orden en muchos aspectos y este es uno de ellos.
al perro no se le permite pedir, y mucho menos exigir nada. lo único que puede hacer es suplicar. suplica al Dueño permiso para hacer un curso, para quedar con alguien o para aceptar cualquier oferta de cualquier tipo. a veces el perro comete la estupidez de suplicar algo que no debería suplicar. hoy ha sido uno de esos días. hacía 21 días que se había ordeñado y había empezado a supurar. suplicó al Dueño si consideraba que era momento de sacarse la leche y el Dueño dio su permiso. por supuesto ordenó que lo hiciera con botas altas, collar y mordaza. el perro obedeció. la costó mucho meterse el estimulados prostático pero al final lo consiguió. sin embargo, antes de sacar la leche, el masaje hizo que el perro se orinara incontrolablemente. fue algo humillante, pero necesario. poco después la leche comenzó a salir. no hubo orgasmo, solo desahogo. como ha escrito el perro en otras ocasiones, es como cuando tienes muchas ganas de orinar y al final consigues hacerlo, algo así. físicamente el perro se quedó muy relajado, y dolorido por el ano, pero psicológicamente las cosas empezaron a ir mal. fueron una mezcla de sentimientos encontrados: vacío, tristeza, algo de culpa... es como si no tuviera ni derecho a sacarme la leche y mucho menos suplicar hacerlo. la duda apareció ¿será que el perro ha llegado a un grado de sometimiento que ni siquiera se siente merecedor de un desahogo? ya no digamos sentir placer.
el entrenamiento de un esclavo no es sino una sucesión de acierto-erro, de ir metiendo la para para ir aprendiendo. ¿qué lección aprendió hoy el perro con el ordeño? que incluso suplicar, aunque remotamente, es un acto de voluntad y la voluntad es la herramienta que utiliza el ego para colarse en tu vida así que el perro a no suplicará más al Dueño un ordeño o cualquier otra cosa que no sea pedir permiso para algo de la no-vida. en la vida el perro no tiene voluntad y solo obedece, porque hoy ha comprobado que cuando no es así, se angustia, sufre emocionalmente, le afecta. el perro sólo es feliz obedeciendo.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

No hay comentarios: