estamos ante un nuevo ejemplo de exceso, de abundancia hasta la saciedad en cuanto a la inmovilización y el bondage. primero el perro encerrado en una jaula. no conforme con eso, las manos están metidas en unas bolsas enganchadas en la jaula. los tobillos también están sujetos, obligando al perro a mantener los pies separados y el culo expuesto. no conforme con eso, el perro tiene puesta una jaula de castidad y un plug con cola. el collar al cuello culmina toda la escena. dejado en este estado, el perro empieza pronto a sentir la incomodidad de todo esto, sin embargo paralelamente va en aumento su sensación de impotencia. tiene algo de humillante toda la situación, justo lo que el perro espera y desea. con acciones como estas, poco a poco, va deshumanizando al esclavo, haciéndole descender hasta el punto de desaparición del ego.
2 comentarios:
Sin lugar a dudas, un perro afortunado. :-)
Más que afortunado el perro
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