martes, 25 de junio de 2013

FdD dolor

el dolor, siempre el dolor. al final acaba apareciendo. puede ser en forma de pinzas, de una posición de bondage estresante o, como en este caso, en forma de látigo. los lectores asiduos saben del proceso progresivo del perro de aceptar e ir integrando cada vez más el dolor como parte de la sumisión, aún cuando no se define a si mismo como masoca. sin embargo el Dueño le ha enseñado a valorar lo que significa sufrir por tu Amo, entregar ese dolor como una forma de sumisión y obediencia. el dolor, en este contexto, se convierte en una forma de devoción, de sumisión, de entrega. aún sin ser masoca, al igual que el perro ha comenzado a amar la castidad, el perro ha empezado a amar el dolor infligido por el Dueño.

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