hay un estallido de la castidad como fetiche, de eso no hay duda. existe todo un mercado para la castidad y las jaulas. se multiplican los modelos, las oportunidades, las posibilidades. los motivos para llevarlos pueden ser varios, desde el control a la propia excitación. el hecho es que hacen posible llevar la castidad más allá de lo puramente privado, introduciendo tu vida sexual en tu vida cotidiana. irónicamente, al ir bajo los pantalones, la jaula de castidad permite sexualizar todo el resto de tu vida, haciendo presente el sexo en todo momento, algo que sin ella era bastante difícil. su efecto es que dejas de pensar en él, sino precisamente que estás pensando en él continuamente. la castidad se vuelve un presente permanente, una constante que está ahí en todo momento.
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