cuando uno lleva una cuenta los números redondos son momentos importantes, cruciales, encrucijadas donde pararte y reflexionar sobre lo que estás contando. hoy es uno de esos días porque el perro lleva hoy 80 días sin ordeñarse. casi más importante que el número en sí es que el perro se ordeñó la última vez en presencia del Dueño, con su permiso y a su orden. en su interior de esclavo eso es lo realmente importante, cómo sin el Dueño la vida del perro se interrumpe, se corta, desaparece, apareciendo la no-vida, que es otro tipo de vida. durante este tiempo el poder y el control del Dueño no sólo no han descendido sino que han aumentado considerablemente. no sabe el perro si es por obra de la castidad o por otro motivo, el caso es que el perro está cada vez más controlado... y eso le hace feliz.
sin embargo, y como ha expresado el perro en otras ocasiones en este blog, este no es un logro suyo, sino de su Dueño y lo importante no es la castidad en si, ni la cuenta de los días, sino la obediencia. de modo que si el Dueño ordena al perro ordeñarse todos los días, o varias veces al día, el perro obedecerá y se sentirá tan feliz de obedecer como si le ordena no volver a ordeñarse nunca más. algunos podrían pensar que ordeñarme sería un premio para el perro, o algo que le daría satisfacción. nada más lejos de la realidad. la vida de un esclavo ya no se divide en cosas placenteras y no placenteras, en buenas o malas, en agradables o desagradables. la vida de un esclavo es más simple que todo eso, porque todo se divide en lo que ordena el Dueño y lo que no ordena el Dueño, lo que da permiso y lo que no lo tiene. ante esta división el juicio sobre la existencia de un perro también se simplifica, sólo tiene que decir si ha obedecido o no. si la respuesta es si, ha hecho aquello para lo que vino al mundo. si la respuesta es no, entonces merece un castigo hasta que el no se convierta en si.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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