hoy el perro ha vivido la jaula como una bendición. a pesar de haberse pillado alguna que otra vez los testículos por algún movimiento involuntario, la jaula ha impedido que el perro se pierda hoy en la no vida. con ella no se puede estar del todo cómodo, pero esta es su función, recordarte que no debes acomodarte, que no debes debes pensar que todo está hecho y conseguido. saber que eso está ahí, debajo de tus pantalones, escondido para todo el mundo, o al menos para todo el que no deba verlo, es una idea que martillea constantemente la cabeza y que presiona en todo momento. eso hace más llevadero un día de 11 horas de trabajo. en estos momentos el perro no puede sino decir que la jaula ha sido una bendición y que sólo espera el momento en que el Dueño sea el único poseedor de la llave, que el perro pierda todo el control sobre si. ese momento es inevitable y es profundamente deseado por el perro.
obediencia ciega para el perro, poder absoluto para el Amo.
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